Cada jornada
pulen su establo
del recelo inmune de sus virados.
Cada alborada
fracturan la roca
que tanto han amado y les ha sustentado.
Viven abanderados
creyendo que sus estandartes
nunca serán derribados.
Fariseos de feria,
fariseos de niebla,
fariseos de esta absurda comedia.