Donde ya no duele…
Donde solo existe el olvido y la devoción…
Donde ya no te pienso,
donde ya no te escucho,
donde ya no echo de menos,
ni tu risa ni tu voz…
Donde ya no duele…
Donde crecen las flores, la hierba, el espino y también el clamor…
Donde brilla el verano,
donde ya se acabó el invierno,
donde aclama un otoño lleno de vida y esplendor…
Donde ya no duele…
Porque aunque quedan heridas,
han sido ya curadas,
con mucha fe y un gran amor…
Donde ya no duele…
Seguro querrás volver algún día,
pidiendo acogida, comprensión y perdón…
Allí, mi olvidado, allí,
ya no duele el corazón…