Este camino siempre me lleva hacia ti…
por esas calles estrechas,
esas cuestas repletas,
de balcones y piedras abruptas…
Este sendero me conduce a ti…
por esta colina desierta,
ese alcor de lavanda,
de tréboles sin tregua…
Esta senda a ti me condena…
a esos brillantes ojos,
que llenan y alumbran este alma incierta…
Esta montaña a ti me orienta…
en este atardecer anaranjado…
en esta mañana sin niebla…
Este collado contigo me premia…
por haber elegido la felicidad,
como decisión,
y con entereza cierta…
Bendita sea esta mi almena…