No me rindo…

Aunque deba guardar silencio…
Aunque cierre mis ventanas
al viento de la impotencia y la sinrazón…

No, no me rindo…

Sólo velo por sus sueños,
ya que los míos no tienen dueño…
pero los suyos estarán plenos
de alegría e ilusión…

No, aún no me rindo…

Ni lo haré mientras te velo,
mientras te sueño y te anhelo,
pues eres mi vida y mi pasión…

No me rindo…

Ni aún en el día,
en que me tiemblen las manos,
mis enseñas sean en vano,
y ya no reconozca ni tu voz…