¿Quién no se ha subido a un tren equivocado?
El que te llevaba al destino erróneo…
El que no te conducía a ningún lugar…
Trenes vacíos, trenes rotos,
trenes repletos de mochilas de calamidad…
Trenes que nos hicieron descubrir,
que sin ese viaje, no seríamos
quienes somos hoy en realidad…
Trenes sombríos, trenes lóbregos,
trenes colmados de maletas de adversidad…
Trenes que nos apearon en estaciones
que nos abrieron heridas,
trenes que nos enseñaron,
que no hay mejor viaje
que el tren de la vida.