El alba del mañana

Me llenarás con tu rocío,
con tus lágrimas heladas
de nieve e incertidumbre…
de brío y hastío…

Me colmarás de baldío…
de ese que crece en la orilla,
en la edad temprana del sombrío…

Me henchiras de frío…
ese del amanecer blanco,
ese del recelo al vacío…

Querida alba, del mañana incierto,
del delirio sin sentío…
sólo despiértame cuando partas…
sólo cuándo ya no sienta miedo…
ni al futuro ni a sus desafíos…