Y sientes que no perteneces…

Que nada mueve tu corazón,
tu alma, tu vida, tu cielo…
Que nada derrite tu anhelo…que nada convierte al estridente…

Y sientes que sólo mientes…
que nada hay de certero…que nada hay de valiente…

Que esa sonrisa sólo esconde miedo,
entereza presa de un sordido hielo…
esperanza tímida,
que no levanta el vuelo…ausencia de un velo hiriente…

Y sientes que no hay consuelo…
que todo se derrumba al suelo…que sólo sobrevive el ausente…

Que nada cambia,
que sólo permanece el señuelo…
la duda, la incertidumbre… y este maldito duelo…que se alimenta de suerte…y de miedo.