¿Y por qué no? ¿Por qué seguir en la hipocresía donde el peculio no hace más que crecer las gualdas hierbas y secar los rescoldos de las ambiciones?
Con impulso celestial a veces introducimos las consignas mágicas que nos abren puertas de ilusiones, de esperanza…aunque horas después nos inunden las dudas y se desvanezcan los sueños…y pensemos, ¿y por qué no?
Viajamos camuflando una huida en un barco sin estela, sin miedo alguno, guiados por la alegría de un nuevo rumbo en este nuevo mundo, sin pensar que uno nunca puede escapar de este tumbo sin dolor…
La búsqueda del áureo no nos trajo sino desconcierto…noches oscuras y días grises, todos ellos colmados de blancas nieves recias que cubrían y poblaban las montañas del corazón. Y nos decimos, ¿qué perseguimos? ¿de qué o quién escapamos? Pensando sólo en la opulencia…y olvidándonos incluso, de que lo único que deberíamos anhelar es la tibieza del amor.
Hoy te insto a bregar, a cambiar, a amar…a llenar tu vida de alegría y devoción y a olvidarte que el dorado no llena sino derrama las almas luchadoras, no une si no que aleja los espíritus guerreros.
¡Más que nunca digámosle no al dorado, no a su cara falsa, no a su lisonja y sí a la VIDA, a la VERDAD y al VALOR!