No puedo acostumbrarme a verte sufrir…a no tenerte nunca más…a mirarte a los ojos y no volver a reflejarme en ellos…
Yo no, no puedo acostumbrarme a no escuchar tu voz, a no sentir tus abrazos, a que no me acurruques en tu alma…
Y este maldito bandido te llevó…y nunca más volveré a verte, a ti misma…nunca más…o sí…en lo más profundo de mi ser…
Pero no quiero rendirme…no quiero dar paso a la claudicación…pero él ya te ha llevado consigo…maldito malhechor…
Se ha apoderado de ti con sus garras…y no va a soltarte…te lleva consigo como llevó a tus ancestros…como lleva a la sangre de tu sangre…como nos llevará a tu prole…hasta extinguir este árbol de la vida…
A veces no entendemos la batalla…ni el propósito de la misma, ni el inicio ni el fin…ni las armas, ni el tesoro…todos hemos perdido en esta guerra…en esta maldita contienda de la supervivencia…
Cuántas preguntas sin respuesta…en este Valle de lágrimas…en este desierto de desidia…en este amargo despertar sin lluvia…