La boda real entre el príncipe Guillermo, duque de Cambridge y Catherine Middleton se celebró en la Abadía de Westminster el 29 de Abril de 2011.
El vestido fue un diseño de Sarah Burton para Alexander McQueen, de color marfil y blanco satinado con escote corazón sobre el que lleva un cuerpo de encaje francés de manga larga que fue realizado a mano por la Real Escuela de Costura.
La falda de gran volumen y cola de tres metros de largo, también llevaba apliques de encaje y algunas flores de seda color marfil. Corpiño de satén, estrecho en la cintura y acolchado en las caderas, basado en la tradición victoriana de corsetería y es un detalle que caracteriza a los diseños de Alexander McQueen.
El velo
El velo era de seda color marfil, hecho de capas de tul suave, con un recorte de flores bordadas a mano por la Real Escuela de Costura.
La parte trasera tenía un acabado en gazar y botones forrados de organza sujetada por lazos. La enagua era de tul de seda con adornos de encaje de Cluny.
El ramo
Diseñado por Shane Connolly, este ramo estuvo inspirado en las flores favoritas de la Familia Real británica y la familia Middleton y que tenían un significado especial para los ‘novios reales’. Así, incluye lirios (símbolo de la vuelta a la felicidad), jacinto (constancia del amor), hiedra (fidelidad y amistad) y mirto (emblema del matrimonio) y parte de la tradición de la Corona Británica.
Dicha tradición, de las bodas de la Corona Británica, dice que el ramo de las novias debe incluir flores de Mirto del arbusto original plantado por la Reina Victoria en 1845 en Osborne House ( Isla Wight, al sur de Inglaterra). Esta curiosa tradición empezó cuando la hija de la reina Victoria llamada con el mismo nombre hizo incluir expresamente en su ramo de novia flores de mirto, recalcando a todo el mundo que eran las flores representativas de la inocencia de una novia. Desde entonces los Mirtos son flores imprenscindibles en los ramos de las novias que quieren hacer saber que se casan profundamente enamoradas y han quedado como símbolo del amor sincero y el matrimonio.
Las joyas
Pendientes de diamantes en forma de pera que la firma Robinson Pelham diseñó inspirándose en el escudo de armas de la familia Middleton, que incluye bellotas y hojas de roble. Fueron un regalo personal que los padres de la novia le hicieron en este día tan especial.
La tiara
Fue uno de los detalles más importantes del esperado enlace, y es que fue la propia Reina Isabel II la que quiso que la esposa de su nieto llevara una de sus joyas más especiales, la tiara Cartier que recibió de su madre por su 18º cumpleaños (en 1936 el duque de York, que más tarde recibió el título del rey Jorge VI, se la regaló a su esposa, la Reina Madre, en 1936).
Se trata de una tiara muy especial que ha pasado de generación en generación y por ello, la monarca británica quiso cedérsela a Catherine para que la luciera en su día más importante.
Los zapatos fueron hechos a mano por el equipo de Alexander McQueen y realizados en satén duquesa marfil con encaje bordado a mano por la Real Escuela de Costura.
Este precioso traje y sus complementos fueron expuestos en la Exhibión de verano anual de Buckingham Palace en 2011.
En la cena posterior a la boda real, Catherine Middleton portó un sencillo vestido de gazar de satén blanco a juego con bolero de angora y un cinturón de pedrería. Una creación también de Sarah Burton.
evarocio 
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