Fuera de lugar

El problema surge
cuando nos encontramos,
cada día…
fuera de lugar…

Cuando despertamos con la certeza
de que viajamos a una isla sin sol,
a una playa sin arena,
en un barco sin velas…

Y así nos sentimos,
fuera de lugar…

Pero cuando expresamos
lo que nos aflige,
nadie lo entiende,
ni jamás lo entenderán…
porque, ante todo,
vivimos fuera de lugar.

Fuera de lugar,
en busca de la mágica llave
que un día por fin abrirá.