Corazones vacíos I

Cuántas almas desiertas,
cubiertas de mantos blancos de piedad.

Cuántas esencias baldías,
ocultas bajo la toga de la ingenuidad.

Conciencias con imprudencia,
vilezas sin penitencia,
recelos con tozudez.

El invierno debe ser frío,
para los que no tienen recuerdos cálidos.
El invierno será álgido,
para esos corazones vacíos en su altivez.

Mira el horizonte,
no pierdas de vista el ayer,
que el invierno llega raudo,
y con él la palidez.