Habló desde la vesania…o eso dicen…
pero yo la encontré tan tierna como siempre…
Recorrimos diez años,
en dos minutos,
y colmó mi pobre corazón,
helado e hirsuto…
Hoy volví hablar con ella,
y volvió a guiar mis pasos,
como el mejor resoluto…
Pero hoy ya muero un poco,
cada segundo que no la oigo…
cada minuto que no me besa
cada despertar estridente…
cada abismo reincidente…
Pero siempre tendré presente,
cuando no comprenda,
cuando mi alma destemple:
mismo vientre…pero diferente temple…