Llagas profundas,
que sólo siente quién te amó…
Postillas sin relieve,
para no mostrarles tu desazón…
Dolor y pena,
tristeza y aflicción…
Desengaños aprendidos,
entre las garras de la decepción…
Caminos de piedras afiladas,
por el orgullo y la sinrazón…
Autocracias fingidas,
de poder y control…
Glosadores ocultos
entre la ira y el desquite…
¡Cuántos corazones sin voz…!
¡Cuántas heridas sin perdón…!