Las canas del olvido…
Esas que no fueron impuestas,
sino respuestas…
Las que peinó el viento de la ausencia,
del descuido, del rencor…
Las que acaricio en mi trecho,
cuando tanto ansío,
que vuelvas a mecerme en tu pecho…
Esas que no fueron modestas,
sino manifiestas…
Las que surfean los rayos de sol,
en esta amarga tarde,
de envidia y desazón…
Las que se tiñen de rubio,
para ocultar que ya
no le importas ni a su sinrazón…
Son las canas del olvido,
del orgullo y del adiós.