Diario de una escucha: Oración

Te miro y suspiro,
¿qué quieres mi Dios?…

Arrodillado a tus pies desnudos,
me pregunto,
¿qué quieres que descubra
de este amargo adiós?…

Sueño con estrechar sus manos,
con derretirme en su abrazo de amor…
Sueño con fundirme en sus besos,
porque como los de una madre,
no existe nada, Señor…

Sueño y vivo durmiendo,
porque sólo quiero despertar
en un mundo mejor…

Sueño y vivo presumiendo,
que cuando reanudemos,
todos hayamos reconocido
que no sólo se debe aprender
de la pena y del dolor.