Cuando tú me miras…
No hay dudas ni penas, ni hastío ni dolor.
No hay orvallo ni céfiro, ni galerna ni temblor.
Cuando tú me miras…
No hay alba ni crepúsculo, no hay tregua ni centellas.
No hay nimbos ni halos, no hay lucerna ni huellas.
Cuando tú me miras…
No hay noche ni sombras, no hay olvido ni escarnio.
No hay cenit ni tinieblas, no hay ruido ni engarnio.
Cuando tú me miras…
se para el universo y crepita el cielo,
se hiende la montaña y se caduca el vejar.
Cuando tú me miras…
Se desvanece el bosque y enmudece el lago,
se refulge el hado y se rasga el mar.