Sonidos del silencio

Qué bellas tus palabras cuando las busco en tus silencios…
Qué vacíos tus ecos cuando ensordecen mi corazón…

Eres aún parte de mis sueños, eras el manantial de mi ser.
Eres parte de mi quebranto, eras el toisón de mi piel.

Y qué lejos ha quedado el histrión de la ficción,
quién creyéndote efigie no descubrió más que ilusión.

Acariciándote como aljófar, resultaste cavilación.
Cobijándote como pío, sólo arrojaste abjuración.

Adiós mi almirante, adiós mi centurión,
Vuela alto, vuela lejos, pero olvida mi estación.