Nunca le mostrarán su rostro,
ni su atavío…
No revelarán su dolor,
ni su extravío…
No exhibirán sus mentiras,
ni su brío…
No responderán a su ignorancia,
ni a su delirio…
Son maestros del silencio,
maestros sin estío.
Son maestros del silencio,
con alma y con trapío.