Nos inundaste de vida y sonrisa.
Nos enseñaste a mirar y pintar el cielo de azul,
a ver las estrellas cada noche en un firmamento de piedra,
a gritar sin miedo nuestra aria de amor.
Pero qué pronto te fuiste…
pero qué rauda volaste.
Se nos apagó la vida y la sonrisa.
El cielo se volvió gris y en ese infausto día cuánta lluvia cayó…
Las estrellas no brillaron y la piedra se desmoronó…
Pero seguimos gritando sin miedo,
la tuya y la mía, nuestra canción de amor…
Insurrección…
Siempre estarás en mi corazón, mi niña,
como en el tuyo, me siento yo…
Mi Carol, mi niña,
mi vida, mi estrella,
mi cielo, mi sonrisa,
mi aria, mi amor.