Somos especiales,
porque no portamos como escudos
corazones de creta,
porque lucimos como estelas
sonrisas sin tregua,
porque nacimos y vivimos
con un alma sin treta.
Porque nos ofenden
tus palabras sin cavilación,
porque nos sorprende
tu villanía sin destreza,
porque, aunque fuerte
no eres más tenaz que mi Dios,
porque algún día
tendrás tu crudeza.
Y no,
no somos todos iguales,
y no iluminarán, sino con crudeza,
porque nunca podrán vanagloriarse
de todas y cada una de nuestras proezas.