Malos consejeros
en este camino de piedras,
en este valle de espinas…
Palabras que evocan
su más ardua vanidad,
sus complejos inequívocos…
Almas que conducen a otras,
a un encierro perenne,
a un dolor caduco…
Caminos oblicuos,
sendas perdidas…
soledades elegidas…
Y me pregunto…
Quién alimenta esas vidas?
Qué podrá llenar esos corazones vacíos?