Qué palabra más bella!
Pero cuánto cuesta pronunciarla…
Cuántos corazones acercaría…
Pero a cuántos otros fríos… ni mueve…
Reconocer errores, mentiras o rencores…
Desandar la senda del olvido oportunista,
de la revancha infantil, de la envidia agorera…
Curando almas, corazones y vidas.
Sanando heridas, afrentas e injurias.
Perdón,
qué bello puente de reconciliación!
Pidamos perdón.