Nunca creas que estás solo
porque no hay nadie a tu lado…
Cuántos comparten lecho y techo,
y no recuerdan cuando ni por qué lo han hecho…
Cuántos comparten mesa y silla,
pero el sol allí ya no brilla…
Sueñan con otras vidas
que tampoco sanarían sus heridas…
Mienten y así consienten,
a quién les dio sus simientes…
Vanidosos desmedidos,
que elevan su rostro cuan amos…
sin llegar a darse cuenta,
que nos son más que amargos esclavos…