El halago no debilita,
el halago alimenta,
el halago se precisa.
Quizá pareciera arrogancia,
o altanería desmedida,
pero fue sólo distinción
de esa gallarda valentía…
Ellos lo esconden,
lo cuecen en su marmita,
sin darse cuenta que un día,
quizá urgirán de tu guía…
No dudes en darlo,
a quién merece y necesita,
pues tal vez mañana seas tú,
el que no puede y lo necesita…