Promesas benditas

No puedo dejar de ser poeta
al escuchar cantar esas maravillas
a nuestra Madre…

No puedo dejar de ser mejor fiel,
al sentir, al vibrar, al emocionarme,
cuando recitas esos versos,
a nuestra Blanca Paloma…

¡Qué efímera es esta herida,
sin sentirla con Fe…!
¡Qué fugaz es este llanto,
sin enjugarlo en su santo manto…!

¡Qué valle de lágrimas,
iluminado sólo por sus ojos,
que cómo luceros,
nos alumbran en nuestro triste anochecer…!

¡Qué vida y dulzura,
y esperanza nuestra…!

¡Qué destierro el de esta caída,
hasta que nos muestre su sonrisa…!

¡Qué sentido el de este camino,
sin sus promesas benditas!
¡Cuántos corazones atravesados como el suyo,
por el dolor de esta pantomima!

Viernes de dolores,
¡de Fe, Esperanza,Vida y Amor!