Mirarte cada amanecer es de ensueño,
como cerrar mis ojos con tu reflejo…
Tus caricias, tus abrazos,
tus dulces besos… esos que tienen
a los míos presos…
Eres el alba y el ocaso,
el rocío y el desvelo…
Eres el más maravilloso ángel,
que Dios pudo guardar
para mis anhelos…
Recorrí mares y océanos,
y a veces, tiempos verdaderamente aviesos,
todo ello para contemplar,
tus verdes ojos de océanos inquietos…
Eres mi vida, y mi suerte,
mi afán y mi empeño,
eres lo más bonito que le podría pasar,
a esta pequeña criatura y su sueño…