Ni el tuyo, ni el mío…
ni el del sufrimiento…
Ni el suyo, ni el nuestro…
ni el del pensamiento…
No somos esclavos del olvido,
ni somos señores del viento…
No somos extraños del sentido,
ni somos presos del momento…
Somos libres,
somos humanos,
somos dueños
de nuestro tiempo.