¿Quién te dio ese último abrazo,
ese que te curó el alma…
que partió en pedazos tus miedos…
que se llevó consigo cualquier desconsuelo…?
¿Quién acarició tu mano…
y arrastró cuan ola toda la arena del desierto?
¿Quién besó tus mejillas,
y besaste en ese mismo instante el cielo?
¿Quién te leyó la “cartilla”,
y con ello, no necesitaste
más pañuelos?
¿Quién escuchó tus recelos,
y los embalsamó de consuelo?
¿Quién te cubrió de mimos,
cuando estabas sumido en tu amargo duelo?
¿Quién, quién…?
¿Quién alzó de nuevo tu vuelo…?