Llueve fuera,
llueve dentro.
Llueve en en este corazón sediento.
Mis lágrimas ruedan por las ramblas vacías,
cansadas, perdidas, aturdidas…
Llueve en este alma urdida.
Tu orgullo deambula en el rincón de la desidia,
soberbio, vanidoso, lleno de insidia.
Llueve en esta esencia pulida.
Llueve fuera,
llueve dentro…
Sólo la sal curará
esta amarga herida.
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