El volcán y la luna

Cayó la noche, y apareciste tras la sombra de mi última nube. Fresca, lozana, insultante…como en la primera noche de feria…

Iluminaste mi cráter, presumiendo que sólo serías tú quien pudieras encender mi cielo…mi nido y mi duelo…con esa carita tan seria.

Tú, que no conoces mis sueños, ni mi dolor, ni mi empeño, ni una pizca de mi pena. ¡Cómo osas a entenderme si sólo viste el firmamento rodeada de estrellas!

Tiemblo porque de tristeza muero, porque no puedo vivir sin ella. Mi corazón se encoge, y sólo escupe lava vieja. ¡Cómo te atreves a despreciarme si nunca conociste tragedia!

Márchate a crecer en otro desvelo, en otro anhelo…en otra mañana de histeria. Yo aquí sigo con mis retos, mis desvelos y delirios…esperando la quimera.

Duerme mi luna insolente, mengua tu cuarta esfera….que yo seguiré rugiendo en mi noche, recordándote a tí que no siempre llega la altanera primavera.

Foto: Jordi Coy